El Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas ha aprobado un nuevo Código Deontológico que pretende adaptarse a los nuevos tiempos de cambios normativos y nuevas tecnologías, donde los administradores deben tener conocimientos de Derecho, Fiscalidad, Seguros, Economía o Técnicas de Construcción, entre otras materias.

Desde el Colegio de Administradores de Fincas de Huelva hemos puesto a disposición de todos sus Administradores Colegiados que tengan acceso privado a nuestra página web, el nuevo Código Deontológico, recién presentado en el Congreso Nacional.

El vicepresidente del Colegio de Administradores de Fincas de Huelva (COAF), José Antonio Oria, ha destacado la necesidad de esta nueva normativa ética debido a que, por el que se regían anteriormente, era a “nivel europeo” con un carácter “muy genérico”.

Es cierto que las bases del nuevo código deontológico las ha marcado el preexistente de origen europeo, pero el principal problema que apunta Oria es que el anterior englobaba a diferentes labores y, en cada país, esta profesión se ejerce de forma dispar.

USO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

Uno de los apartados destacados es el uso de las nuevas tecnologías, donde se hace un especial hincapié en la utilización de la contratación electrónica, para garantizar la fiabilidad y seguridad en las actuaciones que tomen los Administradores Colegiados, a la vez que se protegen los derechos del cliente.

Las pautas que se marcan desde el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas con respecto a la forma de actuar de los administradores son: Permanecer informado regularmente de las legislaciones vigentes, conocer las condiciones del mercado para asesorar correctamente a sus clientes, no aceptar ningún encargo que sobrepase su área de experiencia, e informarse de todos los hechos que afecten al cliente.

El código contempla infracciones leves, tales como el retraso injustificado en el cumplimiento de cualquiera de sus deberes profesionales, e incluso graves, como las faltas de respeto, insultos e injurias tanto verbales, escritas o difundidas mediante redes sociales hacia otros compañeros. Dentro de las faltas muy graves se contempla el quebrantamiento de los deberes de fidelidad y lealtad en el ejercicio de la profesión con los clientes.

Uno de los objetivos que se persigue con este reglamento es lograr un “mayor respeto entre los compañeros colegiados” ya que se arrastra el problema del “intrusismo laboral”, según aseveró el vicepresidente del COAF.

De hecho, el nuevo Código cita textualmente que tienen que “abstenerse de prácticas que perjudiquen el buen nombre de la profesión”, evitando “cualquier conflicto” y promoviendo “la mediación y el arbitraje como sistema de resolución”.