Muy pocos despachos pueden presumir de llevar un cuarto de siglo operando, con la satisfacción y la confianza de los clientes intactas y ofreciendo un abanico de servicios integrados que hacen mucho más fácil la vida de las comunidades de propietarios. Javier R. De Vega Domínguez, abogado responsable del despacho DE VEGA & Asociados y de DE VEGA Administradores (plaza del Punto, 6), es licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla –en la especialidad de Derecho de la empresa–. En 1993, cuando se licenció, ya se encontraba integrado en un bufete de abogados de Huelva –del que se haría socio una vez colegiado– y reconoce que fue una “casualidad” la que le llevó a abrir paralelamente un despacho de administradores de fincas. Javier de Vega puso su grano de arena en la creación del COAF de Huelva, del que fue Vocal de Deontología durante varios años –actualmente ocupa una vocalía–. El buen hacer ha conferido a DE VEGA Administradores un prestigio que se traduce en cerca de 4.000 propiedades administradas y 11 profesionales trabajando en la empresa.

 

PREGUNTA.– La abogacía, ¿tradición familiar o vocación?

RESPUESTA.– Aunque en mi familia hay algunos abogados –en esta parte destaca a su tío, el difunto D. José Augusto de Vega Ruiz, que tuvo gran protagonismo en la Justicia nacional y llegó a ser presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo–, en mi familia cercana, padres, hermanos y abuelos no había nadie. La abogacía fue vocacional, y también en parte porque en Huelva no había muchas opciones por aquel entonces. En tercero de carrera ya estaba trabajando en un despacho y, una vez me colegié, me hice asociado en el bufete y estuve asociado con el titular (mi primo Enrique Márquez de Vega) durante una década, y hace 15 años me independicé.

 

P.- ¿Cómo fue la incursión en la administración de fincas?

R.- La administración de fincas comenzó por esas fechas también, casi al unísono, en 1993, y fue por una casualidad. Me encontré a un compañero del instituto después de muchos años sin vernos, y me comentó que era administrador de fincas. Yo no sabía ni lo que era eso (al principio pensé que era administrar fincas rústicas), ya que no era una figura para nada conocida, al menos en Huelva, donde había dos administradores por esas fechas, que dependían del Colegio de Sevilla. En esa época estábamos Jesús Jimeno, Julián Carrasco y José Luis Moreno, que es el compañero que me encontré.

 

P.- ¿Qué recuerda de esos inicios?

R.- Tras explicarme José Luis Moreno en qué consistía la administración de fincas, me atrajo la idea, y como yo tenía un hermano en paro, le propuse montar un despacho de administración de fincas, que montamos en casa con una mesa camilla y un ordenador financiado, y así empezamos a crecer desde ahí. Siempre cuento una anécdota de un profesor de la EGB, D. Ángel Lema, que me llamaba ‘Veguita’, ya que soy el menor de cinco hermanos. “¿Qué estás haciendo?”, me preguntó una vez. Y le respondí que me había hecho administrador de fincas. Él me contestó que esto es una bola de nieve que va a ir creciendo y no te vas a dar cuenta después de cómo te vienen los clientes. Efectivamente, así ha sido. Actualmente, tenemos casi 4.000 clientes administrados. Empezamos allí, y después lo unimos al despacho de abogados para integrar ambos servicios.

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P.- Una decisión acertada, porque ambos despachos se complementan desde el principio.

R.- Así es, y de hecho DE VEGA Administradores podría ser una sola empresa perfectamente, pero está por un lado el despacho de abogados (DE VEGA & Asociados), por otro la administración de fincas, y por otro la empresa de obras y servicios (CELFER), y ahora hemos integrado la sección de Compliance –que encabeza el mismo Javier de Vega, con la certificación Cescom–. De hecho uno de los aspectos que nos ha hecho crecer mucho y diferenciarnos de la competencia fue precisamente que unimos en aquel momento la administración de fincas y el asesoramiento jurídico-legal. Ambos despachos van de la mano, porque nosotros además de gestionar la comunidad la defendemos en cualquier proceso judicial.

 

P.- ¿Y CELFER – Obras y servicios también entra en el pack?

R.- Ahora CELFER está funcionando muy bien, porque fue una empresa de mantenimiento que surgió a petición de los propios clientes, en la administración de fincas. Muchos vecinos estaban cansados de tantos cambios a la hora de contratar empresas de mantenimiento por diferentes obras. Y nos propusieron que fuera la propia administración de fincas, DE VEGA & Administradores la que contratara al personal de mantenimiento. De ahí que creáramos CELFER, un complemento perfecto para el trabajo en la administración de fincas.

 

P.- ¿Fue difícil ser administrador de fincas en Huelva en el comienzo?

R.- Los inicios, de alguna manera, fueron fáciles, pero al mismo tiempo complicados. Por un lado, éramos muy pocos, por lo que había un porcentaje de comunidades sobre administradores bastante amplio y un campo enorme por explorar. Había muchísimas comunidades sin administrar, y ésa fue la parte fácil. Pero difícil al mismo tiempo, ya que carecíamos del apoyo de un colegio. Sí, estábamos integrados en Sevilla, pero aquí nadie venía ni nos informaba de nada. Aparte, la figura del administrador de fincas no era conocida entonces, ni la propiedad horizontal, ni nada relacionado. En aquella época, era el presidente de la comunidad de vecinos el que llevaba las cuentas y toda la gestión. Por esta razón, tuvimos que realizar una labor de difusión y promoción, para hacer ver la necesidad del administrador de fincas colegiado. En cualquier caso, en este marco, la alternativa era crecer o crecer.

«Los administradores de fincas de Huelva necesitábamos un Colegio propio, no el de Sevilla»

 

P.- ¿En ese campo enorme por explorar, por dónde se empezó?

R.- Por Huelva capital sobre todo. Nuestra primera comunidad administrada era de nueve propietarios, cobrando 3.000 pesetas al mes. Luego nos fuimos extendiendo, sobre todo por la zona de Punta Umbría, y en la actualidad cubrimos toda la provincia, fundamentalmente la capital y la costa. En DE VEGA Administradores estamos especializados en grandes comunidades. Y un momento muy importante de expansión fue cuando nos dieron la administración del edificio Parque América, posiblemente uno de los más grandes de Huelva, que en aquel entonces estaba en muy malas condiciones. Son alrededor de 300 propietarios en un inmueble muy grande con muchas zonas comunes, y estaba todo en mal estado, no funcionaba nada, no había calefacción, se arrastraban tremendas deudas con Aguas de Huelva… La administración de este edificio nos dio muchísima experiencia, y también fama y reputación, ya que hicimos una muy buena gestión con la colaboración del presidente y de una junta directiva preparada (nos concedieron incluso una placa). Todo esto hizo que nos expandiéramos rápidamente y alcanzar un nivel importante.

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EN EL ORIGEN DEL COAF DE HUELVA

P.- ¿Cómo vivió el nacimiento del COAF de Huelva?

R.- Al principio éramos cuatro administradores colegiados en Huelva, dependientes de Sevilla, y Jesús Jimeno era nuestro presidente. Cuando ya alcanzamos la docena, y preguntándonos continuamente por qué debíamos estar dependiendo de Sevilla, se empezó a plantear la posibilidad de crear un Colegio de Administradores de Fincas en Huelva. El que más empujó y luchó por ello fue sin duda David Toscano –actual presidente del COAF–.

 

P.- ¿Qué papel tuvo Javier de Vega en todo este proceso?

R.- Siempre he estado cerca de David Toscano y le he ayudado mucho en la medida de mis posibilidades. En el COAF he pertenecido siempre y pertenezco a la junta directiva. Fui durante muchos años Vocal de Deontología, hasta que las muchas obligaciones que tenía me impedían seguir ejerciendo. Ahora soy vocal simplemente. Todo el proceso de constitución del COAF fue muy ilusionante, y complicado también, y desde luego ha sido posible gracias a la labor y dedicación absoluta de David Toscano y de Rocío Navarro, que es nuestra gerente, contable, administrativa… y, en definitiva, el alma del Colegio. El COAF de Huelva –que abrió sus puertas en la plaza de San Pedro en noviembre de 2004– está hoy muy fuerte, y no habría existido ni sería lo que es sin la implicación de David Toscano.

«La creación COAF de Huelva fue ilusionante y complicada, y fue posible gracias a la dedicación absoluta de David Toscano y Rocío Navarro»

 

P.- ¿Cómo valora la evolución del Colegio onubense?

R.- El COAF ha ido creciendo, no sin dificultades, y cada vez tienen más contenidos, más colegiados, cada vez apoyan más a los profesionales, pero el grave problema de la administración de fincas es el tremendo intrusismo que hay, y además el Colegio está atado de pies y manos en ese sentido, porque no puede ejercer acciones contra los intrusos. Curiosamente, en la prensa aparecen noticias, como algo gravísimo, que señalan por ejemplo que se ha sancionado a un hombre en Asturias que hacía de guía para los turistas sin tener titulación; otra noticia habla de que se ha sacado una ley a nivel andaluz que establece que para ejercer la actividad de mediador o agente inmobiliario, se debe tener unas certificaciones determinadas. Yo me pregunto: ¿Qué pasa con la administración de fincas? En definitiva, manejamos el patrimonio más importante y la seguridad de los vecinos, tenemos una enorme responsabilidad, pero esta profesión se queda en el limbo, de manera que la puede ejercer cualquiera.

 

P.- ¿Es tan malo el panorama con el intrusismo?

R.- Hay que recordar que la crisis económica hizo que mucha gente que no tenía a qué dedicarse se buscase la vida como pudiera. Unos montaban un bar, y el que tenía algunos estudios se hacía administrador de fincas, eso sí, sin colegiación, sin preparación, sin formación, sin control ninguno. Y es eso lo que ha causado un gran daño a la profesión. No podemos competir con los precios que ofrecen los intrusos que no están colegiados. Por poner un ejemplo ilustrativo, uno se presenta en camiseta, bermudas y chanclas, y cobra 2 euros al mes por propietario. Y tú, que tienes una buena infraestructura, gastos tremendos, Seguridad Social, pagando impuestos continuamente, cobras 7. Lo que ocurre es que van al de las chanclas. El mayor daño que tiene la profesión es que no existe la regulación que tienen otras profesiones, que obligue a la colegiación. De las empresas y profesionales que ejercen la administración de fincas, los colegiados no llegan al 30–40%. Tristemente, el intrusismo es especialmente grave en Huelva, mientras que en otras zonas del país, sobre todo hacia el norte, la figura del administrador colegiado está mucho mejor valorada y reconocida.

«El COAF está fuerte y ayuda a los colegiados, pero su gran problema es el intrusismo»

 

P.- ¿Qué transmitiría a la sociedad y a los propios intrusos para promover la colegiación?

R.- Un aspecto fundamental es el seguro de Responsabilidad Civil, que es de 600.000 euros –y el de caución que alcanza los 30.000 euros–. Cualquier problema o incidencia que ocurra en una comunidad, está cubierto hasta esa cantidad. Por otro lado, la formación e información es continua, estás al día de las novedades y los plazos de absolutamente todo. Además, existe un control disciplinario interno, pues el colegiado que comete alguna irregularidad es sancionado. Además, el COAF ofrece la mediación cuando se produce un conflicto entre administradores, de manera que el colegio interviene, media, al objeto de que la comunidad sufra el mínimo perjuicio. La colegiación implica que te atiende un profesional que está licenciado o es graduado social o en relaciones laborales. La formación es fundamental, y el que está colegiado está formado. Y, si tiene sus dudas, tiene un Colegio y unos compañeros conocedores que le respalda y le solucionan esas dudas.

 

P.- La morosidad en las comunidades se disparó durante la crisis y es ahora cuando hay señales de mejora.

R.- La morosidad ha sido un gran problema, pero lo cierto es que en DE VEGA Administradores no hemos tenido muchos morosos, y hemos querido en todo momento ser eficientes con este problema. Gracias a la unión del despacho de abogados y de administradores, en casos de propietarios morosos la gestión es inmediata para la tramitación del procedimiento monitorio.

En este apartado, al referirse a los procedimientos monitorios –instrumento judicial para reclamar deudas económicas de forma rápida y sencilla–, Javier de Vega hace un inciso para recordar cómo se logró. Y es que, como afirma el abogado y administrador de fincas, “el monitorio en las comunidades de propietarios fue el primer procedimiento monitorio que se instauró en España, resultado de la única Iniciativa Legislativa Popular que se ha aprobado en España”, gracias a la presión de los administradores de fincas colegiados. En este proceso, Javier de Vega encabezó a los administradores de fincas de Huelva para la recogida de firmas y formó parte de la Comisión Nacional de Administradores de Fincas que redactó la propuesta de Ley. “Conseguimos muchísimas más firmas de las que se necesitaban para proponer la ILP”, recuerda De Vega. Todo este trabajo se tradujo en una Ley de Propiedad Horizontal que incluía por primera vez en el sistema judicial español el procedimiento monitorio. Fue fruto del trabajo de los administradores de fincas españoles. Con la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil se incluyó el procedimiento monitorio para otros supuestos. “Y resulta que ahora el monitorio de las comunidades de propietarios es más lento (porque tiene más requisitos) que el procedimiento monitorio normal. Toda una paradoja”, afirma.

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AMPLIA TRAYECTORIA HASTA EL XXV ANIVERSARIO

P.- La empresa celebra su 25º Aniversario. ¿Qué momentos destacaría en todo este recorrido?

R.- La gestión del edificio Parque América en el centro de Huelva, que es lo que nos impulsó a crecer y a ganar en fama. Otro momento importante fue la transformación del concepto de despacho a empresa, con los servicios jurídicos y de administración de fincas integrados –más tarde también obras y servicios–. Destacaría también la participación muy activa en la Iniciativa Legislativa Popular para reformar la Ley de Propiedad Horizontal. El salto a las playas también fue un hito importante en la organización, abriéndonos un segmento importantísimo de comunidades de propietarios en la provincia. Fue muy importante que fuéramos la primera administración de fincas de Andalucía en obtener la certificación 9001. Un cambio importante fue el traslado de la sede. Llevamos en nuestro despacho de la plaza del Punto 17 años. Y, sin duda, entre las cosas que más satisfacciones nos han reportado, están aquellas comunidades que, tras haberse ido a otro gestor (a administradores no colegiados, por ejemplo), regresan a nosotros para que les volvamos a administrar, y eso ocurre por el trabajo bien hecho.

 

P.- ¿Qué horizonte o retos se marca?

R.- Nunca nos hemos marcado un horizonte. Nuestra idea de futuro es seguir creciendo en personal y en comunidades administradas, enfocados en grandes comunidades (somos especialistas en ello) y seguir mejorando en el trabajo, en la satisfacción del cliente, con nuevos sistemas y con las últimas tecnologías, intentar estar siempre al día, seguir formándonos. Y diría que nuestro gran reto en la actualidad es conseguir todavía más inmediatez en la respuesta a la sociedad. Porque el cliente cada vez es más exigente, posiblemente por la inmediatez de los propios medios de comunicación, el poder de difusión y rapidez de las redes sociales, y eso provoca que los clientes sean cada vez más exigentes y quieran las cosas más rápido. Ante esta falta de paciencia, el reto de la administración de fincas es lograr que la respuesta al cliente sea cada vez más inmediata.