Sus inicios profesionales abarcaron la abogacía y la administración de fincas por partes iguales. Licenciada en Derecho por la Universidad de Huelva en el año 1997, la onubense María del Carmen Álvarez comenzaría su trayectoria profesional como pasante en el despacho de toda una institución en la abogacía y la AAFF, Cristina López Colomer.

Podría decirse que fue su mentora en esos inicios, y esa experiencia fue la que marcaría su devenir profesional en los siguientes años. Hoy, María del Carmen Álvarez gestiona más de 70 comunidades de propietarios, es decir, alrededor de 3.000 vecinos.

Su valía como profesional y su amistad con Alejandro Chamorro, presidente del COAF de Huelva, le han llevado a ser una de las integrantes de la nueva Junta de Gobierno del Colegio de Administradores de Fincas onubense. Mª del Carmen Álvarez es Vocal-Censora y Vocal de no colegiados en la Junta de Gobierno del COAF, y afronta esta nueva etapa con ilusión y con el objetivo de hacer crecer la familia onubense de colegiados.

Pregunta.- Sus inicios en la administración de fincas fueron al unísono con la abogacía.
Respuesta.- Fue en el despacho de Cristina López Colomer, en el Molino de la Vega, donde me inicié en la abogacía (comencé como pasante) y también en la administración de fincas. Una vez separamos nuestros caminos, me trasladé al despacho en el que estoy actualmente, que es una casa de herencia familiar –calle Vázquez López–, en el que me especialicé en Derecho Fiscal, llevando sobre todo gestión de empresas. Sin embargo, la administración de fincas volvería a mí, ya que tuve un compañero que se dedicaba a las comunidades de propietarios. Como yo ya conocía la AAFF a raíz de mi experiencia con Cristina, decidimos asociarnos. Y siempre que recuerdo estos inicios, me viene a la cabeza una anécdota muy curiosa, y es que la primera comunidad de vecinos que tuvimos, en la calle San Sebastián, le dimos el relevo en la gestión a David Toscano, ex presidente del COAF.

 

P.- ¿Y esa fue su primera Comunidad de Propietarios?
R.- Nos contrataron por la cercanía con los propietarios. Fue mi primera comunidad, primero un bloque, y luego cogimos el bloque colindante y los garajes. Esa comunidad de vecinos es muy especial para mí, porque fue la primera de todas, y la prueba es que es una de las muchas que conservo desde los comienzos.

 

P.- ¿Se centró entonces en la administración de fincas?
R.- Así fue, ésas de la calle San Sebastián fueron las primeras comunidades, con alrededor de 32 vecinos en el primer portal, y poco a poco fuimos creciendo. Pero un día, repentinamente, mi compañero me avisó de que lo dejaba, que iba a dedicarse a la política, y me quedé sola, con un gran volumen de trabajo, excesivo para una sola persona. La administración de fincas es una profesión que me gusta, pero también es cierto que he pasado por momentos de agobio y estrés que han afectado a mi salud. Es lo que me pasa por ser tan perfeccionista, y por interiorizar de algún modo los problemas de las comunidades. Para paliar la sobrecarga de trabajo, tuve que prescindir de comunidades que tenía en la zona de la Costa (sobre todo en Islantilla) y centrarme en la capital.

 

«Mantengo las primeras comunidades que cogí, y les tengo un cariño especial»

 

P.- ¿Cómo llegó el momento de la colegiación en el COAF?
R.- Recuerdo que cuando nos hicimos con nuestras primeras comunidades, por supuesto David nos llamaba para preguntarme que a qué esperábamos para colegiarnos. Es cierto que no estaba colegiada, pero porque estaba empezando en esos momentos. Siempre tuve en la cabeza la colegiación en el COAF, como estoy colegiada en el Icah.

 

COAF- Entrevista María del Carmen García Álvarez (6)

 

P.- Y ahora forma parte de la junta de gobierno que preside Alejandro Chamorro.
R.- Si estoy en la Junta de Gobierno del COAF, es porque me lo pidió Alejandro Chamorro, un amigo a quien conozco desde hace muchísimos años, prácticamente desde que empezó a ejercer como abogado y administrador de fincas. Es una relación de amistad muy cercana de hace muchos años, y siempre nos hemos ayudado cuando hemos tenido problemas. Aunque soy muy tímida y me da reparo esa visibilidad, no pude decirle que no a Alejandro. Le dije que, por ayudarle, lo que sea. Eso sí, le pedí un cargo que no exigiera mucha responsabilidad, ni estar todo el día en el COAF. Finalmente, me concedió la responsabilidad de Vocal-Censora y Vocal de no Colegiados en la Junta.

P.- ¿Cómo valora que sea la Junta de Gobierno con mayor presencia femenina en la historia del COAF?
R.- Aunque Manuela Sánchez sí que ha estado en las últimas juntas de gobierno, sí que podríamos haber estado eclipsadas por el género masculino. La verdad es que estoy muy contenta con ella y con Rocío Pérez como compañeras, y además pienso que las mujeres aportamos un punto de vista necesario, otra visión de las cosas.

P.- La presencia femenina también distingue a su despacho. ¿Prefiere trabajar con mujeres?
R.- Empecé en esta profesión con tres compañeros, nunca ha sido un problema trabajar con hombres, aunque es verdad que después, cuando se fueron, preferí la compañía femenina. Es verdad que nos entendemos mejor, porque, al final, somos mujeres, trabajadoras, madres, amas de casa, y los problemas que una tiene se comparten con las otras. Desde ese punto de vista, es muy positivo contar con un equipo formado por mujeres. En estos momentos, el despacho lo formamos yo, como abogada y administradora de fincas, y mis dos compañeras administrativas, María, que lleva conmigo desde que nació mi niña, y Cinta, que es mi hermana.

P.- Hablando de la profesión, la morosidad ha sido un problema que ha afectado a la totalidad de los colegiados. ¿Cómo ha afectado a su negocio?
R.- Al principio, cuando empecé a gestionar comunidades de propietarios, me jactaba de lo buenas que eran, pero sí que es verdad que con la crisis económica se empezó a notar muchísimo, especialmente en aquellas comunidades vecinales con menos posibilidades económicas. Mucha gente que se estaba quedando en paro, y eso disparó las deudas de los propietarios. Tanto es así que interponía demandas (procedimientos monitorios) prácticamente todos los días. Pero aquí hay que diferenciar entre los morosos profesionales, que los hay, y los que en realidad son personas que se ven avocadas a una situación en la que no pueden pagar, ni por las buenas ni por las malas. El segundo caso es el más difícil, porque ves que el vecino quiere pagar, pero no puede por su situación. En estos casos, siempre intento hablar con ellos, y les digo que aporten cualquier cantidad, aunque sea mínima, para mostrar al resto de la comunidad que existe la voluntad de hacer frente a los adeudos. En esos casos, no es necesario iniciar la demanda judicial. He tenido casos de vecinos a los que hemos aguantado una morosidad de dos años, y a los dos años estas personas se han recuperado económicamente y han podido empezar a afrontar las cuotas vencidas.

P.- ¿Pero no suele ser el caso habitual?
R.- Claro. Hablamos del propietario al que no le da la gana pagar las cuotas. Yo, en estos casos, siempre recomiendo a la comunidad recurrir al procedimiento monitorio, para evitar agrandar el problema. Además, en estos casos siempre intento cargar las costas judiciales al moroso, para que implique un cobro o ‘sanción’ extra por su actitud. Es la única manera de hacer ver al moroso que su comportamiento tiene consecuencias. Yo tengo procedimientos iniciados hace seis años… Al final es una guerra de paciencia. Y tengo claro que no hay que dejar morir los expedientes, voy pidiendo religiosamente cada seis meses información fiscal al juzgado para que el juzgado me dé información actualizada; no me rindo. He llegado a tener un propietario de un local comercial, con 7.000 euros adeudados, y ahora mismo tengo a otro por 12.000 euros, ya que posee varias comunidades.

P.- ¿Ya se puede decir que la crisis en las comunidades es historia?
R.- Desde hace más o menos dos años he notado que mis vecinos han empezado a recuperarse económicamente, y muchos que eran morosos habituales, por necesidad, por pura crisis, han saldado sus deudas. Esto, lógicamente, es muy positivo para las comunidades vecinales, no sólo a nivel de gestión, sino que favorece la convivencia sobremanera.

 

COAF- Entrevista María del Carmen García Álvarez (8)

P.- ¿La solución pasaría por un cambio normativo, como por ejemplo en la Ley de Propiedad Horizontal?
R.- Creo que todo lo que sea agilizar la morosidad es ideal, especialmente para algunos casos que son particularmente graves por las cantidades adeudadas. Por ejemplo, no es lo mismo tener un vecino moroso en una comunidad de 30 vecinos, que en otra comunidad con 10 propietarios o menos. En esos casos donde el número de propietarios es bajo, si existe una gran morosidad, supone la parálisis de la actividad. Aunque también me he encontrado con casos de propietarios de 10 viviendas en una comunidad de 30 vecinos: supone un tercio de los gastos de la comunidad. Por eso necesitamos reformas que agilicen de algún modo esos procedimientos.

P.- ¿Le molesta el intrusismo?
R.- Molesta, dependiendo de cómo sea ese intrusismo. En mi caso, por ejemplo, reconozco que empecé la actividad en la administración de fincas sin colegiarme. Entiendo que los que empiezan y se inician, si tienes tres comunidades, es imposible que puedas pensar que te puedes colegiar y hacer frente a las cuotas. Lo que fastidia es el intrusismo en el que el administrador de fincas tiene un volumen considerable de comunidades que, en determinados momentos, te pueden incluso afectar a ti, por la competencia desleal que hacen, que la hay, tirando los precios contra los que es imposible competir. En ese caso, el intrusismo sí me molesta mucho. Tanto es así que me ha tocado como miembro de esta Junta de Gobierno ser Vocal-Censor y de no colegiados.

«Hemos proyectado una campaña trimestral para invitar a los no colegiados a que conozcan el COAF»

P.- ¿Buenas perspectivas de crecimiento en la familia de colegiados del COAF?
R.- Tenemos buenas perspectivas. Ya tengo un listado donde tenemos identificados a aquellos administradores de fincas que, aun teniendo numerosas comunidades y un volumen de negocio aceptable, no se han colegiado. A todos ellos, se les va a enviar una misiva para simplemente invitarles a que se acerquen para que conozcan el Colegio de Administradores de Fincas de Huelva, el trabajo que se hace, las formaciones que se programan, las normativas permanentemente actualizadas, etcétera. Eso es lo que inició David Toscano, y está dando sus frutos. Así, hemos proyectado una campaña trimestral para invitar a los AAFF no colegiados a que conozcan el COAF. En Huelva hay que impulsar la colegiación, lo tenemos claro, y según nuestras previsiones, podríamos duplicar el número de miembros en esta familia del COAF.

P.- La formación es uno de los grandes atractivos.
R.- 
Es un rasgo diferenciador para los administradores de fincas colegiados, ya que esta formación nos permite estar permanentemente actualizados en cualquier novedad que afecte al trabajo diario de los administradores de fincas y por ende a las comunidades de propietarios. Por esta razón, programamos formaciones sobre sectores multidisciplinares, desde protección de datos, Ley de Propiedad Horizontal, alquileres, piscinas, fuegos, telecomunicaciones, y un largo etécera.