Jorge Juan Acuña Pena, es un licenciado en económicas onubense recién llegado a la colegiación en el COAF de Huelva, y aunque tenía ya amplia experiencia como economista en diferentes compañías y también como secretario y administrador en comunidades de propietarios, es ahora cuando está volcado en ellas, fundamentalmente en la capital y en algunos puntos de la costa.

Posee su despacho de A.F. y Asesoría ‘Acuña Aguilar’ junto a su esposa, ya que ambos con economistas, en la plaza Campillo del Molino de la Vega de Huelva, frente a la Policía Nacional. Mientras ella está más enfocada a los asuntos de las empresas y de gestoría, Jorge se encarga de la división de Administración de Fincas por eso recogió con ilusión su título acreditativo de manos del secretario Carlos Gómez y del presidente Alejandro Chamorro .

¿Por qué colegiarse ahora después de años de profesión?

El momento de colegiarme ha llegado porque los propietarios lo quieren, y el hecho de la colegiación les da tranquilidad y confianza que es lo que yo busco transmitir a mis comunidades. Además, mi objetivo siempre ha sido el de acabar con la equivocada y extendida idea de que el administrador es un mero contable, que no hace casi nada y solo le interesa cobrar sus honorarios.

Quiero demostrar que nuestra utilidad va mucho más allá de la contabilidad, que también somos personas de confianza a las que se nos puede llamar y que podemos resolver muchos conflictos, haciendo una labor de mediador. Es importante que todas las personas tengan la seguridad en que su administrador no les va a engañar, por lo que a los propietarios hay que demostrarles que lo primero es la honestidad y la transparencia, para conseguir borrar esas dudas que pueden aparecer y que en algunos casos están muy arraigadas.

¿No siempre se ha dedicado concretamente a este sector, verdad?

Soy economista y llevo ejerciendo hace más de 30 años y también he sido director financiero en varias empresas. Comencé gestionando algunas propiedades, y llevando el tema contable y financiero, pero lo cierto es que llevar comunidades es algo que siempre me ha gustado y realmente me estoy centrando en la Administración de Fincas.

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Para ejercer esa profesión ¿Con qué elementos hay que contar?

A pesar de que hay quien piensa que llevar comunidades es complicarse la vida pero, para mí no es así. Me atrae la posibilidad de solucionar conflictos, trabajar la empatía y el trato con la gente, hay que hacer de psicólogo y de pacificador de muchas cosas (risas).

¿Lo que se conoce como tener mucha ‘mano izquierda’?

Hay que tener muchas cosas de todas las manos. Pero bueno, lo importante es que vean en ti a una persona de confianza, que estén contentos. Creo que hay mucho todavía que hacer en Huelva para cambiar y mejorar el tópico de la figura del administrador.

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A ese respecto, y a partir de ahora, el Colegio le puede ofrecer un apoyo en temas especializados, además del que ofrecen los propios compañeros y compañeras.

Por supuesto. Aunque creo que en el 90% de los conflictos el asunto es de fácil resolución si se sabe manejar con buen trato, transparencia y capacidad de empatía por el administrador de fincas. Trabajando bien se solucionan las cosas. Después hay situaciones en las que puedes necesitar la ayuda o asesoramiento del colegio pero, lo importante, es que los propietarios vean que tenemos nuestra cualificación y preparación. Eso hay que demostrarlo, no vale el hecho de ser un colegiado y punto. A lo mejor en otros oficios puede bastar, pero en nuestra profesión no, tienes que saber de todo y preocuparte de las personas, tener psicología y dominar lo técnico. Hay muchos factores que a veces no se entienden ni reconocen, pero creo que son esenciales. 

¿Hace cuánto tiempo nació la asesoría ‘Acuña-Aguilar’?

Por lo menos 10 años, si bien solamente en los últimos hemos tenido una mayor dedicación y nos hemos centrado más en la administración de fincas, para lo que he tenido que dejar también otras cosas, porque a esto hay que echarle muchas horas y dedicarse bien y plenamente a ello.

¿Conocía la labor que viene desarrollando el Colegio en defensa de la profesión? A pesar de ser un colegio joven, sus profesionales cada vez son más reconocidos.

 Efectivamente, y el Colegio tiene mucho que hacer y mucho trabajo por delante en esa línea. Y yo creo que además de enfocar su labor en que nos ayudemos unos a otros, también debe servir para encontrarnos defectos y aumentar así nuestro nivel de eficiencia, y vigilar que se hagan las cosas bien. De nada sirve que podamos ayudarnos si desde fuera no estamos todo lo bien vistos que debiéramos, por eso aprecio esa función del Colegio para que tengamos nuestros códigos deontológicos, porque eso va a ser agradecido por parte de los propietarios.

 La vocalía y la comisión de deontología es, de hecho, de las espinas dorsales del Colegio.

Claro, y eso encaja con mi propia trayectoria, porque he sido así en todos los aspectos de mi vida. No es cuestión de llegar por el camino corto o rápido. Hay que ir haciendo las cosas bien y al final creo que tenemos que tener unos principios y unos valores porque al final todo repercute. Por desgracia, lo bueno es más difícil de ver, de lograrse, de repartir y compartir, mientras que lo malo, los fallos o errores se ven muy rápido. Ahí es donde tenemos que tener cuidado. Creo que el colegio debe servir para eso, no solo para pertenecer a él y que nos defienda automáticamente, sino también para decirnos qué hemos hecho mal.

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Llega con una visión analítica pero también crítica.

Por supuesto, desde el Colegio hay que incidir y hacer que se haga el trabajo mejor, para que sea una  referencia, no solo a nivel profesional, sino también para los propios propietarios, que piensen “oye, esta gente lo hace bien”. Y que si algún profesional lo hace mal pues, que también puedan ir al Colegio a decirlo, y que haya una disciplina propia.

¿Va a entrar entonces en el Colegio un miembro bastante activo, con voluntad de participar en las formaciones y otras actividades actividades que se organizan en el Colegio?

Sí, dentro de lo que yo pueda y tenga tiempo, trataré de participar, claro que sí, y siempre que sea enriquecedor, creo que hay que aprovecharlo, pues es algo que el Colegio pone a nuestra disposición y la formación también me gusta, pues es un placer el poder ampliar conocimientos sobre las muchas facetas que tiene la profesión y de las que hace falta estar siempre al día.