El Colegio Oficial de Administradores de Fincas (COAF) de Huelva aprovecha estos días festivos de la Navidad, en los que los ciudadanos pasan aún más tiempo del habitual en la pandemia en sus propios hogares, para recordar “la importancia del correcto reciclaje de las mascarillas de protección contra el contagio del coronavirus, extremando el cuidado en la forma de desecharlas, tanto en las zonas comunes como en los propios hogares de los propietarios de las viviendas”.

El COAF se suma así al esfuerzo de concienciación de la ciudadanía que vienen realizando las empresas de suministro de agua e implica a los propios ayuntamientos para recordar el daño ambiental y el perjuicio económico causado a las instalaciones de saneamiento al desecharse de forma inadecuada estas mascarillas, al igual que ocurre con los guantes, tampones o las toallitas húmedas.

“Aunque somos conscientes de que la mayor parte de los vecinos no plantean ningún problema y sabemos que hacen buen uso de las zonas comunitarias, sí queremos hacer hincapié en que las mascarillas no se pueden tiran en los espacios comunes (portales, jardines, buzones etc.) como tampoco pueden desprenderse de ellas a través de los inodoros de sus casas”, ha destacado el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Huelva, Alejandro Chamorro.

Por esa razón, “desde el COAF nos adherimos a la misma reclamación que las distintas empresas suministradoras de agua vienen repitiendo en multitud de ocasiones en los últimos años sobre las toallitas húmedas”, resalta el pdte. de una institución que representa a los administradores de fincas que tienen la responsabilidad de velar, en la medida de sus posibilidades, por la salud de sus administrados en las diferentes comarcas de la provincia.

De esta manera, y como venían haciendo de forma paralela algunos ayuntamientos, el COAF quiere recordar que “las mascarillas no se tiran ni en las zonas comunes ni en los inodoros, sino en los contenedores (grises en la mayoría de los casos) de restos de residuos orgánicos habilitados por todas las empresas de recogida, (ni en los amarillos destinados a los Envases, ni en los azules para el Cartón o el Papel ni tampoco, obvamente, en los verdes destinados al vidrio), además de hacerse en bolsas convenientemente cerradas, para que las empresas de la recogida de basuras concluyan el proceso”.

Con este fin, desde el Colegio se ha querido incidir una vez más, como viene haciendo desde el comienzo de la pandemia, “en la difusión de un mensaje sencillo, gráfico y directo dirigido a todos los comuneros y comuneras de nuestra provincia, a través de una cartelería que los administradores de fincas colegiados pueden hacer llegar a sus presidentes/as de comunidad de propietarios, con el fin de que estos lo divulguen a su vez a todos los vecinos/as”, añadió Chamorro, que asume que la mayoría de la población es consciente del daño que se puede causar, pero estas pequeñas iniciativas “sirven para reforzar el mensaje o contribuir a aclarar las dudas”.

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                              Colector atestado de residuos como mascarillas o toallitas, de imposible depuración (Fuente: Giahsa)

SANEAMIENTO RESPONSABLE Y ECOLÓGICO

Debemos hacer entre todos, propietarios, empresas, administradores de fincas colegiados e instituciones públicas “el máximo esfuerzo por proteger nuestra salud y también nuestra propia economía y por ello apoyamos este llamamiento a un saneamiento responsable y sostenible que ya vienen demandando de forma insistente las compañías suministradoras”, resalta Chamorro, recordando que el COAF ha estado elaborando cartelerías informativas para evitar la propagación de la COVID_19 desde el primer momento, y se difundieron las mismas mediante el acuerdo con más de una decena de los ayuntamientos más poblados de la provincia. En esta ocasión, se usarán en redes sociales los hastags #SaneamientoSostenible y #ComunidadResponsable.

El sector de los servicios del agua urbana ha venido dando a conocer a la población los terribles efectos que provocan los productos no aptos para ser desechados a través del inodoro. En concreto, la problemática de las toallitas húmedas, “que se viene agravando ahora con el de las mascarillas desechables usadas para combatir los riesgos de la Covid-19, provocando atascos en redes de alcantarillado y colectores que terminan por colapsar las cabeceras de las estaciones depuradoras. Ello comporta agresiones ambientales, sobrecostes económicos y, además, un alto riesgo de inundaciones en los casos de lluvias intensas”, explican desde la compañía Giahsa, que abastece de agua a muchos de los municipios costeros.

Su director ejecutivo, Manuel Domínguez, entiende que “para el saneamiento sostenible la concienciación es determinante para atajar problemáticas como la de los atascos provocados por las toallitas, las mascarillas y otros productos de higiene, cuyo único destino debe ser la papelera, nunca el retrete pues, en última instancia, es el mismo usuario el que al final termina padeciendo esos atascos que se provocan en los sistemas de depuración”.

En el miso sentido se manifestó la empresa suministradora de agua de la capital de la provincia, Aguas de Huelva, que ha recordado recientemente las indicaciones de diferentes organismos como el Ministerio de Sanidad, recordando que tales residuos “no se deben tirar ni por el inodoro ni en las calles, ya que finalmente pueden acabar en el sistema de alcantarillado o en la naturaleza.”

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                                   Plásticos acumulados en zonas de agua potable en una foto internacional. (Fuente ONU/MartinePerret)

DAÑO ECONÓMICO A PARTICULARES Y COMUNIDADES

Este tipo de problemas afecta también a los hogares particulares y comunidades de vecinos, que han de hacer frente a atascos y riesgos de inundaciones con graves daños a propiedades y enseres, destacan desde las empresas de aguas, señalando que el impacto económico en España se estima “entre los 4 y 6 euros por persona al año y el encarecimiento de casi un 15% de las actividades de mantenimiento, tratamiento y depuración de las aguas residuales, lo que supone un sobrecoste de unos 230 millones de euros al año”, concretaron desde Giahsa.

Recientemente, se alertó también de que “las inundaciones, la sequía y el aumento del nivel del mar suponen una seria amenaza para los sistemas de saneamiento, desde los inodoros de los particulares hasta las fosas sépticas y las plantas de tratamiento, por lo que debe haber un objetivo común al plantearse la meta de un saneamiento sostenible para todos, que ayude a proteger y mantener nuestra seguridad, preservar nuestra salud y detener la propagación de cualquier tipo de enfermedad”, objetivos que el colegio de administradores de fincas de Huelva comparte con las empresas y los ayuntamientos, done tenemos una ocasión más de demostrar nuestra madurez cívica y ciudadana.